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Comprender
Muchas cosas permanecen inaccesibles a nuestra mente, pero ¿tenemos que explicarlo todo?
Notemos que nuestros hijos aprenden mucho más creyendo lo que sus padres les dicen que por su propio razonamiento. Dios se revela a los hombres de la misma manera: “Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:3).
Muchas preguntas surgen en el hombre, incluso en el creyente. Por ejemplo: «¿Por qué Dios permitió que el mal entrase en el mundo, lo cual acarreó la injusticia y la ruina de la humanidad?». Tratar de responder con nuestros propios razonamientos es altercar con Dios y terminar acusándolo. Pero, ¿puede acaso una criatura acusar a su Creador?
Nuestra responsabilidad consiste en reconocer a Jesús como Hijo de Dios, creer en él y obedecerle: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36). No podemos creer sin reconocer la soberanía de Dios, sin arrepentirnos y aceptar la maravillosa obra de la cruz, a través de la cual Dios quiere salvarnos de la perdición.
Entonces, mediante la fe, comprenderemos el misterio de la creación, como nos lo dice el versículo de Hebreos 11:3, y el de la redención, que nos libera del poder del pecado.
¡Recibamos con confianza lo que la Palabra de Dios dice, tal como un hijo escucha a su padre y le cree!
Esdras 2 - Juan 1:29-51 - Salmo 111:6-10 - Proverbios 24:23-26
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