|
Descarga AQUI la Reflexión de HOY en formato mp3 |
Anonadarse para poder simpatizar
Si un amigo comparte conmigo su sufrimiento, intento comprenderlo. Pero, ¿cómo puedo ponerme en el lugar del que sufre? Si para mostrar que comprendo respondo precipitadamente: «¡Ah, sí, es como yo...!», y empiezo a hacer una descripción egoísta de mis propias tristezas, dejo a mi amigo frustrado porque no fui capaz de escucharlo hasta el final. Los que sufren se sienten solos, y su dolor se hace mayor cuando sienten que sus familiares y amigos no los entienden.
Pero, ¿qué sucede con Jesús, el Hijo de Dios? “Debía ser en todo semejante a sus hermanos...”, nos dice la Biblia. Como era Dios sabía todo, sin embargo tuvo que hacerse semejante a nosotros para mostrarnos que puede comprendernos y ayudarnos realmente. Tomó la condición humana, pero sin pecado.
Vivió en un cuerpo, y a través de él sintió el cansancio, el hambre, la sed, el sufrimiento. Sintió la soledad moral de aquel a quien los demás no entienden. Deseó la simpatía de sus amigos, pero no la tuvo. “Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé” (Salmo 69:20).
Se hizo hombre, se humilló; por lo tanto puede tener una verdadera simpatía, humana y divina a la vez, una simpatía y un amor ilimitados, sin rastro de egoísmo.
Podemos dirigirnos a él con toda confianza para ser escuchados, comprendidos y animados.
“Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros... y se alegrará vuestro corazón” (Isaías 66:13-14).
Job 35-36 - Colosenses 2 - Salmo 135:8-14 - Proverbios 28:23-24
Comenta y Comparte en Facebook: