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Mi testimonio
«Nací en Bélgica en una familia musulmana marroquí. Tenía sed de Dios, y a menudo trataba de acercarme a él. A veces oraba, pero mi corazón estaba frío, y sobre todo no me daba cuenta del peso de mis pecados. Pensaba que yo no era mala, que no había hecho mal a nadie. Sin embargo, con el paso de los años tomé consciencia de que algunos de mis actos me condenaban ante Dios.
En esa época un cristiano me habló de Jesús. Eso me molestaba, pero ese amigo me dijo: «Busca, y Dios te responderá...». Entonces pasé mucho tiempo leyendo, pero mis preguntas se multiplicaban. Al final decidí leer la Biblia, y Dios me dio respuestas a través de esta lectura, respuestas que yo no quería aceptar.
En agosto de 2003 fui por primera vez a una reunión cristiana. Allí, mediante el mensaje, Dios me habló, y yo le pedí perdón. Él me perdonó porque Jesús expió todos mis pecados.
Después de haber aceptado a Jesús, mi corazón estaba gozoso, pero me esperaban muchas pruebas. La primera fue con mi familia. No podía mentirles, por ello les anuncié mi conversión. Se enojaron mucho y no querían volver a verme, pero el Señor no me abandonó, sino que me enseñó y me fortaleció.
Hoy puedo ver nuevamente a mis padres. Mi mayor deseo es conocer cada vez mejor a Jesús, disfrutar de su amor y parecerme a él».
Nadia
“Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22).
“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18).
Cantares 3-4 - Apocalipsis 7 - Salmo 141:5-10 - Proverbios 29:24-25
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